Quiero seguir caminando por esa ruta perdida entre estepas infinitas e infinitas soledades;
entre campos cercados por horizontes que abrazan un cielo de límpidos y azulados ojos;
entre llanuras desnudas que cubren sus miserias con piedras abandonadas y raíces malheridas;
entre vergeles de variopinto rostro , inseminada la semilla, por donde la vida se asoma tímida.
Caminar entre historias conclusas, casas desertadas y exánimes castillos en estado de ruina;
por caminos de severo suelo, cimentado al calor de largas tardes de sol y escarchadas noches,
por las huellas de labriegos, peregrinos y amantes del sueño que guió a aquel iluso caballero,
por el viento que avanza con estrépito arrastrando con su cuerpo siglos de rabia incontenida,
expulsando su huracanado aliento e invitando al viajero a caminar al compás de sus lamentos.
Tierras por donde serpentean caminos apenas transitados, remotos, carcomidos y sedientos.
Tierras de La Mancha, relegadas al olvido, sin ojos que las espíen ni manos que las acaricien.
Y al igual que Don Quijote, el quijote que llevo dentro, me incita a desafiar la cordura,
al común de los sentidos , a las causas no comprendidas y a los gigantes con forma de molino,
al recorrer los tortuosos caminos, con Sancho a mi lomo, soñador, con mis pies de peregrino.
Y cuando el cansancio acecha , las piernas flaquean , y las fuerzas en silencio se ausentan,
pueblos que apenas alzan la cabeza, que despiertan sin urgencias, sin ruidos, sin soberbias,
La Roda, Minaya , Casas de los Pinos, , San Clemente, las Pedroñeras…abren sus puertas
para que en ellos reposes y te restablezcas . Pueblos de nobles y sencillas gentes, austeras,
de bellas plazas solariegas que sosiegan la mirada de quien embelesado las contempla.
Una noche, mientras dormía, soñé con calles bulliciosas, agitadas por gentes que se divertían,
Y oí el titilar de unas copas de vino elevadas al unísono en un callejón con rostro taurino.
Y las quejas airadas de unos peregrinos en un tablao sin gitanos una noche de sábado santo.
Noche de desconcierto, algarabía y pesadillas. Me despierto, ya es de día, el camino continua.
Y seguiré, seguiremos, transitando por estas tierras de quijotes y sanchos, y Santiago en la lejanía.
Cada día mejor. Un lujo
ResponderEliminarEl lujo es tenerte de compañero
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