Se lo debemos:
Qué solo se ha quedado ante el último suspiro.
Con los ojos cerrados, sin el calor de tu mano,
sin tus elocuentes silencios y tus palabras de alivio.
Sin las miradas perdidas de sus seres queridos.
Con los ojos cerrados, sin el calor de tu mano,
sin tus elocuentes silencios y tus palabras de alivio.
Sin las miradas perdidas de sus seres queridos.
añorando el transitar abnegado de los peregrinos,
los surcos regados por el sudor de quien camina,
sin más ambición que dejar su firma sobre la tierra que pisa y sin más ecos que el de las voces que arrulla la brisa.
Sin un adiós que dirigir a aquella infancia que se vuelve cercana,
a aquella juventud de sueños impolutos y amores escondidos,
a la madurez implacable que todo lo disfraza, condimenta y altera,
a la vejez no deseada que se abraza a la infancia más temprana.
los bosques pierden el verde de sus longevos y juguetones duendes,
las llanuras replegándose renuncian a su inmensidad deslumbrante,
los ríos ensordecen su corriente y los mares sosiegan sus vaivenes.
Con el despertar de los sentidos la vida peregrina y fluye por los caminos,
otorgando colores a doquier, verde, azul, amarillo…y de sonido a los ríos.
otorgando colores a doquier, verde, azul, amarillo…y de sonido a los ríos.
camino de convertirse en motas de polvo concentradas, en nada,
ante la mirada incrédula y acuosa de la impotencia allí congregada,
ante el llanto entrecortado de quien maldice su pérdida con comedida ira.
Repicarán las campanas de todas las torres que en el camino destacan,ante la mirada incrédula y acuosa de la impotencia allí congregada,
ante el llanto entrecortado de quien maldice su pérdida con comedida ira.
Para que el silencio se rompa y todos puedan oír la sublime proclama:
No hay más camino que el que se recorre con la emoción de los sentidos.
Ni más vida que la que discurre por caminos que te enamoran y abrazan.
Entre los 430 que han muerto, ni tu nombre, ni tus sueños, ni tus amores,Ni más vida que la que discurre por caminos que te enamoran y abrazan.
escondido en un cómputo gélido te han volatizado sin ruido y sin honores.
Y ya desde el día siguiente pasado eres, un número más de una larga serie,
una estela borrada, polvo que el viento dispersa.
Un nuevo día, amanece.
una estela borrada, polvo que el viento dispersa.
Un nuevo día, amanece.
Por todos ellos, y por la totalidad de los que van conformando esas desoladoras cifras que a diario nos van remitiendo los informativos, sigamos caminando unidos. Se lo debemos.
Felicidades Novechento, cada día te superas. Que imágenes mas sugerentes, que verdades "como puños".¡ Venga a seguir dándole ! Un abrazo de Cansado Peregrini.
ResponderEliminarPor todos, por siempre caminaremos!!!!!
ResponderEliminarUno de los asuntos que planteas es que los más amenazados por esta pandemia son precisamente los niños nacidos durante la guerra civil y la inmediata posguerra.
ResponderEliminarCuriosamente hace unos días leía yo un artículo de David Trueba que también se fijaba en eso. Decía que esa generación supo cargarse a la espalda este país, propiciaron la recuperación moral y social y sumaron esfuerzo a renuncia para entregar un mundo mejor a los que fuimos sus hijos.
Fueron únicos. Eran resistentes, espartanos, y supieron ver que el esfuerzo y el conocimiento eran los rasgos esenciales de la formación. Y con ese esfuerzo construyeron desde sus cocinas un país nuevo para las generaciones futuras.
Y ahora se apagan sin una protesta; lo hacen sin molestar, como hicieron todo, expertos en hablar con sus silencios. No podremos jamás estar a la altura del homenaje que se merecen
Muy bonito Joaquín, un besin de be
ResponderEliminarEmocionante!!!
ResponderEliminarToda la verdad!
Vergonzoso gobierno...Tristeza por las familias que no han podido despedirse y pasar el duelo unidas.Que tengan un buen camino
ResponderEliminarNovechento: Un placer leerte de nuevo, verdaderamente me encanta como sabes dar las pinceladas necesarias cargadas de emoción y sentimiento.
ResponderEliminarSiempre con esa retórica que te caracteriza fluyendo siempre hacia el Camino. ¡Gracias!