El rótulo vertical iluminado nos invitaba a entrar. Y así lo hicimos. Poco a poco fuimos llenando el recinto. ¡Música maestro!, Y suenan los primeros acordes, y los segundos, y los terc...y el baile desde el principio ya está en su pleno apogeo. ¡Qué aguante !. Desde las siete de la mañana dándole caña al cuerpo y ya son la una , las dos, las tres... y ahí se sigue, pasito palante pasito patrás, vuelta paquí vuelta pallá...copitas, fotos, videos, risas, salsa y más salsa, y el ameno cantante currándose su faena, sudando su impermeable traje y obsequiándonos , sin descanso, con una actuación nada decepcionante. Y Nina con su proclama: ¡A vivir y a bailar, que aquí no nos conoce nadie - yo ya lo dudo - y mañana a las nueve nos piramos !. Y Chema con su micro y su tango, sin partitura, a pelo, como los grandes...Y cómo casi siempre pasa , no podía faltar la presencia de la estrella, creo recordar que de nombre Don guiño, nacionalidad, entre ecuatoriana y colombiana, residente en Miami, salsero y coreógrafo de profesión, vinculado o no - sin confirmación - a la cocinera - a esas horas bella salsera - del Mariquito. Y Don Guiño, de cuerpo invertebrado, perfil ondulado , entrepierna abultada, según Enrique - que todo lo pilla, excepto el destino de la gorra del vasco - y voz aterciopelada, desplego sus encantos y dotes de persuasión para acaramelar a nuestras preciosas compañeras. Casi todas fueron tentadas, pero ninguna , que se sepa, quedó anestesiada por sus envolventes hechizos. Ellas quieren ritmo, y bien que lo aprovecharon, pero donde se ponga un buen hueso revestido por una buena carne...Y entre tanta música, baile y cachondeo hubo tiempo para las relaciones y acuerdos internacionales. Ahora sólo resta que los compromisos se cumplan y todo llegue a buen fin. ¡ Por Alemania y España !
Y allí, en dónde las rocas se van despojando de su tinte negro y a lucir sus originales diseños, se alza un castigado santuario que reza por reemprender el vuelo. Y un poco más arriba, desde la cima, la tierra , el mar, el aire, y el fuego del caminante se unen en una fraternal apuesta por la vida. Y desde allí, y desde todas las partes del mundo, depende desde dónde miremos y como nos miremos, nos haremos más grandes o más pequeños...Gracias por el camino, por vuestra compañía y vuestro cariño.
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