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Ascenso a O'Cebreiro:

Desde tus pies a tus cabellos, el peregrino va ascendiendo , con sus pausas y sus arrestos,por escaleras forjadas desde las entrañas de un cuerpo que late al son de las pisadas de millones de romeros que, doblegados por el peso, dejan sus huellas  estampadas sobre el vello de tu piel de madre abnegada que soporta el dolor  sin quejas ni lágrimas.
Y  trepo por tu abrupto cuerpo a paso lento con la mirada queda en los floridos brezos,y en los valles de verdes reflejos que por doquier  se alzan sin disimulo, vastos y coquetos.
y en los peregrinos que enfilan sus pasos y sus maltrechos cuerpos, cabizbajos y  obstinados,camino de la cima que corona el esfuerzo  y les abre las puertas de los aires y aromas gallegos.
Sin rastro del manto blanco que cubrió tu letargo y alejó de tu morada a propios y extraños,vistes traje corto,sin mangas ni abalorios,expuesto a la mirada de quien se pasea sin estorbos.
Sin recelo por ser visitado, recién despertado, por aquellos peregrinos , osados asturianos,del grupo caminamos , que perturbaron tu invernal sueño semanas atrás sin ser invitados.
Y ese azul claro de cielo inmaculado es el que impregna esa sonrisa a tu rostro desenfadado;
y es ese corazón de la madre naturaleza, que no distingue las razas, las religiones ni las lenguas el que nos empuja desde todos los rincones del planeta a sumergirnos por tus arterias y venas.
Y subimos,  por ese sendero que nos guía desde tus pies a tus cabellos, hacia ti, O'Cebreiro,apurando los  recovecos sobre tus muslos desnudos y sobre tu fastuoso torso al descubierto.
Y alcanzamos tu cumbre , cercanos al cielo, extasiados al contemplar la plenitud de tu cuerpo.
Qué pequeño me siento ante la infinita belleza que alcanzan a ver mis ojos de humilde  siervo.
Y qué grande es mi dicha porque sólo a través de mis ojos tu existencia  recibe  visible decoro.
Cebreiro, guardían y portero de las sendas postreras que conducen a Santiago de Compostela.
Galicia, ya oigo el sonido de tus gaitas, ya huelo el salitre de las rías que penetran tu alma.
Ya aspiro tus fragancias, mientras desciendo, absorto, las rampas gallegas desde  O'Cebreiro.

3 comentarios :

  1. El Camino hermoso, los días luminosos, el grupo, la compañía, el humor inmejorables. Y luego .... este lujo de tus relatos donde nos lo cuentas con otra mirada más profunda. Un broche de oro, un regalo. Como siempre, Novechento, obrigadiño

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  2. ... Y qué feliz me hacen tus comentarios! Gracias, de corazón. Sigamos caminando, siempre caminando...

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  3. Gracias Joaquín. Por ponerle letra a un precioso y para mí preocupante etapa del "Camino".

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