Ahí aguarda el Camino, que con paciente prisa nos espera,
Sin desmontar sus variopintas veredas ni el cielo que lo acecha.
Sin desmontar sus variopintas veredas ni el cielo que lo acecha.
Nos mira como una madre ansiosa por ver a su añorado hijo,
Lejano y recluido por la letal amenaza de un despiadado virus.
Aspirando los aromas de esa flora que se yergue frondosa y galana
Por esos campos que hablan ondeando sus entrañas con la mirada.
Y el rocío, y mueren cada tarde bendecidas por el silencio de sus calles.
Ofreciéndonos en cada parada lo más genuino de sus vinos y manjares;
Y a la noche, exhaustos, un lecho que apacigua huesos y malestares.
Y miremos sin recelos hacia un único horizonte más allá de los temores.
Gracias Joaquín, un abrazo. Feliz regreso a este blog, falto de colaboraciones y victima del wasaht
ResponderEliminarGracias a ti.
ResponderEliminarEs verdad que el wasap, por ser más cómodo y directo, se ha convertido en el medio de comunicación por excelencia.
Un abrazo.