Y quiso el destino, el azar… que tu camino, tus caminos, quedasen definitivamente interrumpidos por la voluntad diabólica de un desalmado que consideró que tu vida debía subyugarse a sus obsesiones y caprichos.. Y quisieron las circunstancias, que fueras tú, como podría haber sido cualquier otro infortunado/a , la que ese funesto dia , engañada, siguieras el rastro que no debías y conocieses al asesino de tu voluntad y de tu vida. Y no hubo santo ni ser humano que te advirtiera del peligro. El mal puede venir de cualquier parte: gritando o silencioso, disfrazado o al descubierto, afable o agresivo, discreto o empuñando …y como los grandes cobardes se aprovecha de las criaturas más indefensas o más confiadas para hincar sus fieras fauces, aunque nadie, absolutamente nadie, está a salvo de ser la victima de cualquier desaprensivo, psicópata y asesino. Pero el camino sigue ahí, con muchas más luces que sombras, y sobre él seguiremos dejando nuestras huellas millones de caminantes que al igual que tú, Denise Pikka Thiem, un día decidimos salir a empolvarnos con la tierra de los caminos, recrearnos con sus encantos, aprender de sus enseñanzas y valores y ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
Y el dolor desgarró tu conciencia.Y el segundo golpe insensibilizó tu dolor. Y Yacías sin vida sobre un sueño ensombrecido. Y te sepultó mutilada, sin las manos que la delataran, en una tierra a la ribera del camino en la que enterró todas tus esperanzas, sueños, recuerdos, anhelos y amores y unos cuantos años que deberías haber vivido.. Y sólo con cuarenta y un años, abandonaste, expulsada por la fuerza de la sinrazón y las armas de la barbarie, el mundo de los vivos y todos los caminos.
Y dicen que más de un peregrino, en el instante mismo en el que te arrancaron del camino, escuchó un llanto apenas audible y sin origen. Y un incontenible reguero de lágrimas humedeció un suelo vestido de negro.
Todos mis besos.
Bonito homenaje
ResponderEliminarNovechento, como siempre, gracias, por escribir, por compartirlo con nosotros, por contarnos,
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