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Camino de Invierno 3ª etapa:




3ª Etapa: A Rúa – Quiroga ( 25,4 kms) (variante 29,9 km)



Iniciamos la tercera etapa saliendo de A Rúa por la carretera vieja, la N-533 que conduce hacia Monforte de Lemos. Aunque los 7 primeros kms discurren por camino asfaltado, apenas hay tráfico y su trazado a media ladera, permite contemplar hermosas vistas del río Sil, la N- 120 y vía férrea que siguen fielmente acompañándonos.


Realmente, la carretera se superpone a la que fue una vía romana secundaria, que partía de la vía XVIII o Vía Nova, para continuar por la cuenca del Sil. Se trata de “una carrale de vereda, es decir, un gran camino estatal que conserva la categoría oficial del cursus públicus, la posta imperial; en otras palabras de una antigua calzada romana que se sigue utilizando en la Edad Media y que seguía por Montefurado, Quiroga, Monforte de Lemos y el Puente de Belesar.

La huella romana se deja ver, además, en esta etapa, a través de los restos de la explotación aurífera que llevaron a cabo a lo largo de la cuenca del río Sil. Una de las obras de ingeniería romana más grandiosa de la península ibérica es el túnel de Montefurado, construido sobre el siglo II. El trazado del túnel, en línea recta al cauce del río, permitía poder desviar las aguas para poder extraer de sus arenas el apreciado mineral aurífero.

El castillo de Novaes es otro lugar emblemático de la etapa. Se trata de un castillo-fortaleza, levantado sobre un castro, que fue residencia de la Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan, quienes habían establecido una encomienda en la tierra quiroguesa. Su presencia en Quiroga, controlando el camino que venía por el Sil, Camino de Invierno, y, el hecho de que la Encomienda de Quiroga fuera la más importante de sus posesiones gallegas, abarcando desde el Sil hasta las tierras del Incio, incluyendo el macizo del Caurel, parece revelar la importancia de esta ruta.

En general podemos decir que es una etapa fácil, que aparece señaliza con señales de madera y algún mojón de granito.

Tramos:

A Rúa-Alvaredos (7 kms)

Partimos de A Rúa cogiendo la antigua carretera 533, en dirección a Monforte, cruzando la N-120. Carretera que se superpone a lo que fue una vía romana secundaria. A pesar de seguir por carretera asfaltada, avanza a media ladera permitiendo gozar de espléndidas vistas sobre el río Sil, la carretera N-120 y la vía férrea, serpenteando entre las verdosas montañas y dejando a nuestra izquierda el embalse de San Martiño.

Alvaredos es el primer núcleo que marca el límite provincial entre Orense y Lugo. El pequeño núcleo se cruza por una estrecha calle, dejando a la izquierda la capilla de Santa Bárbara, mientras que a la derecha, en el centro del pueblo, queda la iglesia parroquial.

Alvaredos – Montefurado (1,3 kms)

Se sale de Alvaredos hacia Motenfurado por camino flanqueado de olivares, higueras y nogales que conduce a la carretera 533; trás cruzarla, se coge a la izquierda un camino de suelo pizarroso, entre arbustos de retamas y jaras, en descenso brusco hasta el arroyo de Ferreiros, que salvaremos por un puente entre frondosa vegetación. Al frente un molino y el puente del ferrocarril.

Entramos en Montefurado, siguiendo un pequeño tramo que discurre paralelo a la vía férrea de Palencia- A Coruña, y el apeadero del ferrocarril. Luego, se asciende hacia el pintoresco núcleo, cuyas casas aparecen colgando, sobre los restos de la expolotación aurífera romana. A la izquierda queda el río Sil con el túnel de Montefurado.

Nos introducimos en el pueblo pasando al lado de la majestuosa iglesia de San Miguel de Montefurado, siglo XVIII, que presenta un color rojizo, por la oxidación de los materiales y a la que se accede por una amplia escalinata. La ruta sigue por estrechas calles, con casas construidas en mampostería de pizarra rojiza, cubiertas con tejado, también de pizarra. Entre algunas se observan los típicos voladizos que servían para tener espacios resguardados de la lluvia. Se llega a la plaza donde se levanta una cruz, fuente y lavadero público.

Montefurado- Bendilló (7,6 kms)

Desde Montefurado se inicia un pequeño ascenso, entre olivares, hacia Hermidón, que dista 600 metros de aquel, ofreciéndonos una inigualable vista del túnel y de las pequeñas médulas, restos de la explotación aurífera romana, que fantasgóricamente se levantan entre los viñedos del valle.

Cruzamos de nuevo la carretera 533 para entrar en Hermidón. A nuestra izquierda queda una ermita. El lugar contaba con una “venta”, donde paraban caminantes y arrieros que llegaban con sus caballerías.

Se sale, de nuevo a la antigua carretera, 533, cuyo trazado a media ladera y paralelamente al curso del río Sil y Nacional 120 seguiremos.

A unos 3 kilómetros hallamos unos restos de viviendas, que fueron ventas. El lugar es conocido por “Venta Nova”, lo que sugiere que existió otra más antigua. Aquí se abandona la carretera, cogiendo a la derecha un camino de tierra que cruza el monte, pasando el arroyo de A Escrita, para salir a la Capilla de San Juan das Farrapas, perteneciente a la parroquia de Bendilló. La denominación hace referencia al lugar donde solían despojarse los caminantes de sus viejos y rotos “harapos” que quemaban como precaución para no sufrir infecciones, tras muchos días de viaje, al igual que se hacía cuando llegaban a Santiago.

Próxima a la ermita, formando un conjunto de gran valor etnográfico y como muestra de la arquitectura popular, se levanta una sencilla casa que alberga una almazara, conocida por el “molino de aceite de Bendilló”, restos de la antigua explotación de olivares por esta zona.

El camino inicia un pequeño ascenso hacia el lugar de Bendilló superponiéndose a la carretera 533. Al final del poblado se levanta la iglesia parroquial de Santa María, realizada con muros de piedra y barro, y con cubierta de pizarra.

Bendilló – Soldón (1,7 kms)

Dejamos Bendilló iniciando una bajada, por un camino de tierra, hasta cruzar la nacional 120, que nos lleva al núcleo de Soldón. El descenso nos permite contemplar, entre los pinares, la majestuosidad de un meandro, que por este lugar describe el río Sil.

Entramos en Soldón, bajando por una estrecha calle, con voladizos entre sus casas, llegando hasta la desembocadura del río Soldón, en el río Sil. El remanso, con su área recreativa, junto con un molino donde se proyecta la construcción de bungalows, .invita a un merecido descanso. Aquí, también se documenta una herrería de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, una de las muchas que salpicaban las tierras quiroguesas. Sobre esta área, un gran puente, de la nacional 120, fija los pilares de sus arcos sobre el pueblo, ofreciendo una impactante imagen.

Soldón – Novaes (3,1 kms)

Cruzamos el puente sobre el río Soldón, para salir del pueblo hacia Sequeiros, desembocando en la carretera nacional 120, que seguiremos por su margen izquierda durante un pequeño trecho, para desviarnos, a la izquierda, por carretera local a Sequeiros, dejando a la izquierda, siempre el río Sil. Sin llegar a entrar en el pueblo, se tuerce a la derecha para cruzar, bajo un pasadizo, la N- 120. El camino de tierra nos lleva al castillo de Novaes, pasando por el pequeño poblado, que lleva su mismo nombre.

Los restos del castillo-fortaleza, levantados sobre un castro, fueron residencia de la Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan. Los Sanjuanistas, fundaron Hospitales donde atendían a los peregrinos desde el siglo XIII. Su presencia en Quiroga, controlando el camino que venía por el Sil, Camino de Invierno, parece revelar la importancia de esta ruta.


El lugar del castro también cuenta con una capilla que dejamos a nuestra derecha; es la capilla de la villa del castillo, además de la Capilla de los Novaes de Abajo y Capilla de los Novaes del Medio.

Castillo de Novaes-Quiroga (4,2 kms)

Llegados al castro donde se emplaza la fortaleza, para su acceso se gira a la izquierda, pero nuestra ruta se desvía a la derecha por un estrecho camino de tierra. A pocos pasos se tomará el camimo de la izquierda que desciende al arroyo de Novaes, sobre el que se levanta un puente medieval de piedra, de gran altura. Luego se inicia un pequeño ascenso por sendero de cantos rodados, del viejo camino real, flanqueado de acacias.

Ya en lo alto, la ruta hace su entrada en el valle de Quiroga entre huertos, en los que florecen diversos árboles frutales, viñedos y olivares, fruto de su microclima.

Se pasa por los lugares de San Xulián de Arriba y Caspedro, donde queda, a la izquierda, una pequeña capilla. Desde ésta, se puede bajar directamente a Quiroga desembocando en la antigua carretera 533 que nos introduce en la villa por la calle Real, trás cruzar el puente medieval de Ponte Pedriña.

Variante por Hospital y la Ermida (4,5 kms)


Pero, el camino antiguo, que bien merece la pena que sigamos, continuaba desde Caspedro hacia el núcleo de Hospital, con su iglesia de origen prerrománico, si bien luego sufrió varias reformas a lo largo de los siglos, conformando un interesante conjunto con el cruceiro que se levanta delante de la misma, y las casas blasonadas de la Encomienda o Casa de la Condesa y la Casa Torre del Hospital o Casa de Tor. Hospital, fue un priorato de la Orden militar hospitalaria de San Juan, donde existía una hospedería de peregrinos y, supuestamente, un hospital, de ahí el nombre del poblado.

El camino sigue bordeando el valle y sube a la iglesia de Santa María de la Hermida, trás cruzar un puente medieval sobre el río Quiroga. La iglesia, donde se encontró el denominado Crismón de Quiroga, siglo V, se levanta sobre un castro, en el lugar conocido por Pacios, un mirador natural desde el que se contemplan las más hermosas vistas del valle de Quiroga. Aquí se celebra una colorida y popular procesión los días 8 y 9 de septiembre, con dos figuras gigantes, las Pampórnigas, que acompañan a la Virgen de Nuestra Señora de la Hermida. En la celebración de esta vieja tradición también sale El Meco, otra figura con característico vestuario que representa a un joven demonio que fustiga a la gente para que no entre a la iglesia y recoge las monedas que le echan.

La bajada a la villa quiroguesa se hace entre los viñedos.

Quiroga se extiende a lo largo de la calle Real donde se encuentra el albergue municipal y otros servicios públicos: Auditorio, Museo Etnográfico, Casa Consistorial y Casa de la Cultura.

Una buena opción es hacer, desde Quiroga, una visita a la sierra del Caurel, donde se extrae la pizarra, y desde donde se pueden contemplar unas hermosa vistas.

Fuente:Camino de Invierno.

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