Ayer los observé mientras deambulaban por las callejuelas de Cacabelos buscando agua bendita para el alma, con las barrigas abultadas y la jerga propia de quien sólo adora el ruido de las tascas. Y en ese monumento cavernario, La Bodeguilla Del Niño, de fundación anterior a las cuevas de Altamira y muy anterior a la aparición del fuego, se congregaron estos discípulos de Diógenes a venerar ese desván de trastos desvencijados, cubas fosilizadas , techos desprendidos, suelos con algas y meaderos en la misma jungla ecuatoriana, en donde por un par de euros te emborrachas con vino y te comes unos sabrosos pinchitos de chorizo de la era primaria, cascas o te cascan ( las nueces que quieras ) y, por una pequeña propina, el bodeguero, en pactos con el diablo desde hace miles de años, hace repicar la campana y los corazones de a quienes les cogen por sorpresa tan festivo estruendo . Y con el vino todo se alegra y casi todo se alarga, sobremanera la labia, y a la Moncloa , a discutir sobre los designios de España. Y cómo estarían las mentes de estos amantes de la palabra, que , según dicen, fuentes muy bien cargadas, perdón, informadas, sólo se oyeron los acordes de celestiales gargantas, gobernadas por los decretos de múltiples guitarras. Allá ellos y sus parrandas.
El topo que viaja con ellos me ha informado que a finales de febrero vuelven . Hay que joderse, no descansan. Van picando con frecuencia programada. Ya les recibiré con todos los honores y respeto y con mi “mejor cara”. Si creen que se me va a ablandar el alma…
¿Es mi obligación, cobijar a cualquier peregrino que en compañía o en solitario , en cualquier momento del año o en cualquier momento de su vida, quiera recorrer mi cuerpo camino de Santiago, esté yo de buenas o de malas, pletórico o cansado, sano o enfermo, en horario contratado o fuera de jornada?
Estupendo,Joaquín.
ResponderEliminarComo siempre, muchas gracias por mantener vivo este blog.
EliminarY gracias por animarme desde el primer momento. Y gracias por darle un espacio y unos colores a cada uno de mis escritos.
EliminarProfundo, da gusto leerte
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Gelinos. Gracias por leer lo que escribo,y gracias por hacerme feliz al saber que además te gusta.Gracias por tu generosidad y bondad.
EliminarMe encantó, Joaquín, es un placer contar con tus escritos
ResponderEliminarEl placer es mío al tenerte como lectora. Gracias por estar siempre tan pendiente de lo que escribo. Y gracias por esos comentarios tan positivos que siempre haces sobre los mismos. Un gran revulsivo, de veras.Gracias.
EliminarNo me extraña que hasta te lean en Granada, Juaquín. Eres realmente bueno. Da gusto leerte.
ResponderEliminarComo siempre, tan generoso y tan bondadoso con sus amigos y con cada uno de sus compañeros del Camino.
EliminarNovechento, supongo que primero hay que dar con la idea, con el tema, y me imagino que no será fácil ya que las ideas, que se sepa, no caen del cielo (aunque a Newthon le cayó una manzana pero era de un árbol). Después seguro que hay que darle una vuelta al calcetín para presentar la idea inicial de una forma determinada, para que sorprenda, para que nos preguntemos ¿De quién está hablando? ¿Quién es el personaje?: ¿El Camino mismo que se ha personificado? Y entonces, cuando nos lo preguntamos ya estamos nosotros dentro, ya estamos atrapados, intrigados.
ResponderEliminarDespués, o antes, seguramente antes, está el estilo: propio, personal, característico, que te identifica. Tu denominación de origen. Insinuante, sugerente, intimo. De ritmo cadencioso.
Y luego está la bajada al terreno que nos vuelve a meter a nosotros en el relato: La bodega de Niño. La descripción, la realidad, dura pero guapa. Ya está bien de tanto gastrobar hombre!!!
Enhorabuena. Saludos
Nos mantenemos a la escucha, esperamos la próxima
La idea llega , como es habitual, cuando menos piensas en ello. Un día sales a caminar, con tus auriculares y con dos horas por delante para relajarte y no pensar en nada. Y de pronto escuchas una canción o un titular que te hace sugerir cosas. Y entre todas las que merodean,siempre hay una que destaca sobre el resto y empieza a recibir forma...
EliminarOtras veces, sólo necesitas cinco segundos para crear el principio de algo, y la mayoría de las veces, por mucho que te empeñes, te sientes desesperadamente vacío.
Es verdad que soy incapaz de renunciar a una manera de escribir, quizás porque sea de la única manera en la que me sienta cómodo para conseguir escribir algo.
Gracias por tus comentarios, por venir de ti, Ismael, al que , desde que estoy en el grupo y te conozco, a mi manera, he admirado. Echo de menos a tu detective Peregrini
Peregrini por ahí anda, es incontrolable e incorregible. No te preocupes. Volverá. Tal vez cuando se le acabe el dinero. Saludos.
ResponderEliminar